viernes, 27 de noviembre de 2020

 Hay dolores que duelen y mucho

Y todos asimilamos el dolor de distintas maneras, y hay dolores que son para siempre, así de simple.
La muerte de un hijo, o de un padre duele indefinidamente, y con las enfermedades que nos sobrevienen, no se entienden, no se comprenden, no se asimilan fácilmente.
Y la gente pide magia para que estas cosas no duelan, y para que no duelan primero hay que curarse, como un Mandra repetimos, vamos adelante, suelta lo negativo, déjate fluir por el Universo, y mucha fuerza valiente y que se yo, pero primero hay que curarse, porque con la herida abierta y desangrándose, dejemos de engañarnos, duele y mucho.
Dejemos de comentarle a la gente rota, que salga a bailar, a cenar a reírse a carcajadas, porque después el sentimiento de culpa por no haber tenido los arreos necesarios para hacerlo, le pasará factura

Necesita pedazos de vida que necesita sanar, necesitan abrazos que se acomoden como mantas para que la herida deje de supurar y es que la vida a veces duele. Duele la vida, los desencuentros, las decepciones, y a veces no se puede, no se puede. Esta gente se está sanando de sus fantasmas de sus tormentas, porque para salir a bailar con la necesaria música, primero hay que curarse, no agobien a la gente, respeten su duelo. Y una vez sanado, denle gracias a Dios, al Universo y a quien le apetezca a cada uno, pero primero uno debe sanarse, de su pena, de sus vacíos, de sus abandonos de sus decepciones y sueños frustrados, y si esta muy lastimado , necesita su duelo. Es la vida.

Por cierto, un paseo por la playa en la mañana, es mejor que prisión en el castillo de uno

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